El centro de la capital federal tiene muy pocos lugares a donde ir para poder alejarse por un rato del mundo de los ruidos, de las bocinas y la multitud de personas que invaden las veredas de la ciudad. Uno de ellos es Plaza Francia, donde cada fin de semana los chicos se acercan para dejar atrás el fastidioso mundo de la semana que pasó.
Artesanos, artistas, bailarines, humoristas, magos, malabaristas y algún conjunto de música le dan a la plaza un toque de color especial. Si bien muchas plazas se llenan de chicos para tomar unos mates, esta que se ubica en el corazón de la Recoleta ofrece un espacio cultural que la distingue del resto. Desde este blog apuntamos que las plazas ofrecen algo más que un lugar de transición por donde recorrer la ciudad, creemos más bien, que en ellas no permiten disfrutar de prácticas cada día nuevas y entre ellas las culturales.
Así por ejemplo podemos disfrutar de una muestra de pinturas como también de humoristas callejeros. Se puede pasar un rato entre amigos tomando unos mates mientras se escucha algún cantante o se ve un espectáculo de buen nivel como en cualquier teatro. O sino, simplemente salir a recorrer entre los sinuosos senderos de la plaza los más de cien puestos de artesanos que la rodean.
También abundada de extranjeros que cada fin de semana se acercan para ver algún baile de tango y porque no, participar de alguna pieza. También el jazz, el rock y el folklore le dan una nota más de sonido a la plaza.
Artesanos, artistas, bailarines, humoristas, magos, malabaristas y algún conjunto de música le dan a la plaza un toque de color especial. Si bien muchas plazas se llenan de chicos para tomar unos mates, esta que se ubica en el corazón de la Recoleta ofrece un espacio cultural que la distingue del resto. Desde este blog apuntamos que las plazas ofrecen algo más que un lugar de transición por donde recorrer la ciudad, creemos más bien, que en ellas no permiten disfrutar de prácticas cada día nuevas y entre ellas las culturales.
Así por ejemplo podemos disfrutar de una muestra de pinturas como también de humoristas callejeros. Se puede pasar un rato entre amigos tomando unos mates mientras se escucha algún cantante o se ve un espectáculo de buen nivel como en cualquier teatro. O sino, simplemente salir a recorrer entre los sinuosos senderos de la plaza los más de cien puestos de artesanos que la rodean.
También abundada de extranjeros que cada fin de semana se acercan para ver algún baile de tango y porque no, participar de alguna pieza. También el jazz, el rock y el folklore le dan una nota más de sonido a la plaza.
No hay comentarios:
Publicar un comentario